domingo, 1 de mayo de 2016

Resumen del capítulo 2: Primera semana del desarrollo humano.

La gametogénesis es el proceso por medio del cual se forman los gametos o células reproductivas humanas (espermatozoides y óvulos). En varones se llama espermatogénesis y en mujeres ovogénesis. La meiosis es el tipo de división que sufren las células reproductivas en su formación y reduce a la mitad el número de cromosomas, lo cual permite mantener constante el número de cromosomas generación tras generación. A las células sexuales por tener la mitad de la información genética se les llama haploide (n), y a las somáticas diploides (2n). Un cromosoma se define por la presencia del centrómero que es la parte constreñida del mismo y pueden tener una o dos cromátidas (brazos de los cromosomas) pero sigue siendo un solo cromosoma. Las células somáticas tienen 23 pares de cromosomas homólogos, es decir 46 cromosomas. Las células sexuales tienen la mitad de cromosomas, es decir 23.

El proceso de la meiosis consta de 2 divisiones. Cada una se subdivide en fases: Profase, metafase, anafase y telofase. Durante la profase de la primera división meiótica los cromosomas homólogos se aproximan entre sí formando parejas (en este momento tienen 2 cromátidas). En la metafase se ubican en la línea media del núcleo y el uso meiótico se une a los centrómeros a cada lado de ellos, y en la anafase los hala hacia polos opuestos. En la telofase se divide el núcleo y la célula formándose 2 células hijas con la mitad del número de cromosomas (haploides) y cada cromosoma aún tiene 2 cromátidas. En la segunda división meiótica se forman 2 células hijas sin reducir el número de cromosomas, pero si se dividen los cromosomas quedando una cromátida de cada cromosoma en cada una de las células hijas: quedan en cada célula cromosomas de 1 sola cromátida. Durante la meiosis también se entrecruzan los brazos de los cromosomas homólogos, lo cual recombina el material genético.

La espermatogénesis es el proceso por medio del cual las espermatogonias se transforman en espermatozoides maduros. En la etapa prenatal y en los prepúberes se encuentra latente. La espermatogénesis se inicia en la pubertad cuando las espermatogonias aumentan en número y experimentan cambios: Aumentan de tamaño y se convierten en espermatocitos primarios, luego con la primera división meiótica se forman 2 espermatocitos secundarios (con reducción a la mitad de los cromosomas). Cada espermatocito secundario se divide en la segunda división meiótica formando 2 espermátidas. Luego por medio de otro proceso llamado espermiogénesis las espermátidas maduran y se convierten en espermatozoides, para lo cual pierden parte de su citoplasma, se forma el acrosoma y la cola. Todo el proceso de la espermatogénesis, incluyendo la espermiogénesis, tarda 2 meses. Las células de Sertoli regulan este proceso y además nutren los espermatozoides. Los espermatozoides se desplazan pasivamente desde los túbulos seminíferos hasta el epidídimo. Los espermatozoides son eyaculados en 2 fases:
  • Emisión: los espermatozoides son trasportados desde el epidídimo hasta la uretra prostática a través de los movimientos peristálticos de los conductos deferentes. Esto está regulado por el SN simpático.
  • Eyaculación: Se produce debido al cierre del esfínter vesical en el cuello de la vejiga, y a la contracción de los músculos uretral y bulboesponjosos.


Los espermatozoides maduros se componen de cabeza, que contiene el núcleo que está cubierto en su parte anterior por el acrosoma (vesícula con enzimas); el cuello y; la cola que a su vez se compone de tres segmentos: intermedio, principal y terminal. En el intermedio encontramos las  mitocondrias que proporcionan la energía necesaria para el movimiento de la cola. Normalmente se producen alrededor de un 10 % de espermatozoides con morfología anormal: dos cabezas, dos colas, etc., los cuales no son capaces de fecundar porque no tienen suficiente movilidad. Está comprobado que las radiografías, las reacciones alérgicas graves y el uso de algunos agentes antiespermatogénicos aumentan el porcentaje de espermatozoides de morfología anormal. Dichos espermatozoides no influyen en la fertilidad, a menos que su número supere el 20%.

Los espermatozoides representan el 10 % del volumen total del semen. El volumen normalmente eyaculado es de 3,5 ml, con un rango de 2 a 6 ml. Normalmente hay 100 millones de espermatozoides por mililitro de semen, por tanto normalmente se eyaculan entre 200 y 600 millones de espermatozoides. Para que un varón sea fértil debe tener por lo menos 20 millones de  espermatozoides por mililitro o 50 millones en todo el eyaculado. Aquellos con 10 millones de espermatozoides por mililitro o menos por lo general son infértiles. Otras causas de infertilidad son: alteración en la motilidad de los espermatozoides, consumo de medicamentos y sustancias, trastornos endocrinos, exposición a tóxicos ambientales, consumo de cigarrillos, presencia de espermatozoides anómalos u obstrucción de un conducto genital, como el conducto. En el 30-50% de las parejas infértiles la causa es masculina.

La vasectomía es un procedimiento quirúrgico en el cual se seccionan y ligan ambos conductos deferentes impidiendo el paso de los espermatozoides hacia el exterior. El semen permanece casi igual en cuanto a volumen y consistencia salvo que no tiene espermatozoides. Se puede revertir la vasectomía mediante microcirugía, sin embargo, los resultados no siempre son exitosos.

La ovogénesis es la secuencia de acontecimientos por medio de la cual las ovogonias se convierten en ovocitos maduros. Inicia antes del nacimiento cuando las ovogonias inician la primera división meiótica y aumentan de tamaño para formar ovocitos primarios, los cuales quedan detenidos en la profase durante muchos años (hasta 45 años incluso) hasta que dicha célula sea liberada en la ovulación. Cada ovocito se rodea de células estromales. Al conjunto de ovocitos y su corte de células se les llama folículos. Las células foliculares secretan una sustancia llamada inhibidor de la maduración del ovocito que permite detener la meiosis. El número de ovocitos primarios antes del nacimiento es de aproximadamente 2 millones, la mayoría de los cuales degenera durante la niñez quedando solo alrededor de 40.000. En la pubertad, cuando los folículos maduran y poco antes de la ovulación se completa la primera división meiótica y los ovocitos primarios se dividen en 2 células: los ovocitos secundarios (haploides) y el primer corpúsculo polar. Este proceso le ocurre a alrededor de 400 ovocitos (uno con cada ciclo ovulatorio). La división del citoplasma es desigual porque el ovocito secundario se lleva casi todo el citoplasma, mientras que primer corpúsculo no tiene ninguna función y degenera pronto. Con la ovulación inicia la segunda división meiótica la cual queda detenida en la metafase. Solo cuando el ovocito secundario se une con el espermatozoide, se activa y termina la segunda división meiótica con la formación de un ovótido y el segundo corpúsculo polar el cual al igual que el primero queda sin citoplasma y se degenera. El ovótido dura poco ya que al unirse los núcleos de los dos gametos la célula se convierte ahora en un cigoto.

Durante la gametogénesis puede ocurrir un proceso patológico conocido como falta de disyunción y consiste en que los cromosomas homólogos no se separan sino que ambos se van para una sola célula hija quedando ésta con un cromosoma extra y a la otra faltándole uno. Si uno de estos gametos anormales se une a su contraparte normal se producirá un cigoto con tres o un solo representante de un cromosoma, cuando lo normal es que haya dos. Estos casos se conocen como trisomías y monosomías respectivamente. La mayoría son incompatibles con la vida y terminan en aborto espontáneo. Sin embargo algunas logran sobrevivir algunos años como la trisomía del cromosoma 21 o síndrome de Down, entre las alteraciones del número de cromosomas somáticos y los síndromes de Turner y Klinefelter, entre las de los cromosomas sexuales. La frecuencia de gametogénesis anómala es mayor cuanto mayor es la edad de los padres. Esto es especialmente importante en la mujer ya que el largo tiempo que queda detenida la primera división meiótica puede favorecer alteraciones en la falta de disyunción. La edad adecuada en la mujer está entre los 18 y 35 años. Desde allí para arriba aumenta el riesgo de gestaciones con alteraciones cromosómicas como la trisomía 21.

En los casos en que la falta de disyunción ocurre durante la segmentación temprana del cigoto se forma un embrión con dos o más líneas celulares que presentan diferente número de cromosomas: una línea celular normal y las otras con trisomías. Estos casos se conocen como mosaicos y presentan alteraciones menos marcadas que los casos puros. Un caso común es el de los pacientes con mosaicismo para el síndrome de Down, que presentan algunas células normales y las otras con trisomía del cromosoma 21 y clínicamente están menos alterados que aquellos con síndrome de Down puro.

Los ciclos reproductivos femeninos: a partir de la pubertad inician los ciclos reproductivos femeninos (ciclos sexuales): el ovárico y el endometrial o menstrual; los cuales generan las hormonas responsables de los cambios sexuales secundarios femeninos y preparan el sistema reproductor para el embarazo. Los ciclos reproductivos son interrumpidos durante el embarazo y desaparecen definitivamente con la menopausia (entre los 48 y 55 años) debido a la insuficiencia ovárica.

El ciclo ovárico comienza con la producción por parte del hipotálamo de la hormona liberadora de gonadotropinas la cual por la vía del sistema porta-hipofisiario induce en el lóbulo anterior de la hipófisis la liberación de las gonadotropinas: FSH (hormona folículo estimulante) y LH (hormona luteinizante). Ambas estimulan el crecimiento folicular y del endometrio, pero también tienen funciones específicas:
  • La FSH: estimula el desarrollo de los folículos ováricos y la producción de estrógenos por parte de las células foliculares.
  • La LH: desencadena la ovulación, y estimula la producción de progesterona por parte de las células foliculares y del cuerpo lúteo.


Desarrollo de los folículos ováricos: Los folículos formados por el ovocito primario rodeado de una sola capa de células estromales se llaman folículos primordiales. Durante la pubertad durante cada ciclo ovárico, la FSH estimula el desarrollo de alrededor de 5 a 12 folículos primordiales: los ovocitos primarios crecen y las células estromales adquieren una configuración cuboidea y luego cilíndrica formándose folículos primarios. Conforme siguen creciendo las células de tejido conjuntivo alrededor del folículo forman lo que se conoce como la teca que se divide en 2 la teca interna vascular y glandular que secreta estrógenos y andrógenos (estos últimos las células foliculares convierten nuevamente en estrógenos) y la teca externa que sirve de cápsula. También se forma una cubierta de material glucoproteico acelular amorfo que rodea al ovocito primario llamada zona pelúcida. Las células foliculares se dividen activamente y la secreción folicular forma espacios de líquidos entre ellas, que luego se fusionan en una sola cavidad única y grande llamada antro, que desplaza hacia la periferia al ovocito y un grupo de células foliculares que lo rodea (cúmulo ovígero). Con la formación del antro el folículo se denomina folículo secundario o vesicular.

Ovulación: Para la maduración del folículo interviene también la LH que junto con la FSH inducen un rápido crecimiento del folículo. La LH también activa el ovocito primario para continuar con la primera división meiótica y con el pico de LH 12 a 24 horas después se produce la ovulación: El aumento de la presión interna genera una protrusión en la pared del folículo, sobre la que luego aparece una zona avascular llamada estigma que es el punto por donde se rompe el folículo y permite la salida del ovocito secundario. El cual sale rodeado de la zona pelúcida, y de una o más capas de células foliculares que se disponen radialmente formando la corona radiada, todo lo cual se denomina en conjunto el complejo ovocito-cúmulo. Los ovocitos son fecundados por lo general antes de las 12 horas tras la ovulación. Luego de 24 horas no puede ocurrir la fecundación y los ovocitos experimentan degeneración poco después de este período.

Lo que queda del folículo tras la ovulación, se convierte en el cuerpo lúteo por la acción de la LH, el cual produce progesterona y en menor medida estrógenos.  Si no ocurre fecundación el cuerpo lúteo degenera en 1 a 12 días y se convierte en un tejido cicatrizal blanquecino, que recibe el nombre de cuerpo albicans. Si ocurre fecundación el cuerpo lúteo se mantiene durante las primeras 20 semanas de gestación gracias a la acción de la gonadotropina coriónica humana secretada por el sincitiotrofoblasto.  A partir de la semana 20 de gestación la placenta asume la función de secreción de progesterona y estrógenos necesarios para que se mantenga el embarazo.

Algunas mujeres presentan episodios de dolor en hemiabdomen inferior cuando ovulan. Este síndrome se conoce como mittelschmerz o dolor de la parte media (del ciclo menstrual) en alemán y se debe a que durante la ovulación se produce una pequeña hemorragia en la cavidad peritoneal responsable del dolor.

El ciclo endomentrial o menstrual corresponde a los cambios cíclicos en el endometrio que ocurren como consecuencia de la secreción hormonal de estrógenos y progesterona por los folículos ováricos. Tiene una duración promedio de 28 días pero normalmente (el 90 % de los casos) la duración del ciclo se encuentra entre 23 y 35 días.  Estas diferencias individuales se deben la fase proliferativa ya que la fase lútea es constante y dura 14 días. Se considera como primer día del ciclo menstrual el día de inicio del flujo menstrual.

El Endometrio es la capa interna y fina del útero, que durante su máximo desarrollo tiene un espesor de 4 a 5 mm. Se divide en tres capas:
  • Compacta: capa delgada de tejido conjuntivo denso, la cual se encuentra en la superficie endometrial.
  • Esponjosa: capa gruesa de tejido conjuntivo edematoso en donde se encuentra los cuerpos tortuosos de las glándulas uterinas.
  • Basal: capa fina que contiene los extremos ciegos de las glándulas uterinas.


Las capas compacta y esponjosa se denominan en conjunto capa funcional y se desprende durante la menstruación y el parto.

Las fases del ciclo menstrual son:
  • Fase menstrual: dura entre 4 y 5 días y en ella se desprende la capa funcional del endometrio junto con 60-80 ml de sangre.
  • Fase proliferativa: Dura aproximadamente 9 días. Por medio de la acción de los estrógenos secretados por los folículos ováricos en crecimiento, se regenera el epitelio del endometrio, en grosor del endometrio aumenta de 2 a 3 veces debido a la formación de glándulas y vasos sanguíneos tortuosos en su interior.
  • Fase luteínica o secretora: Dura aproximadamente 13 días. Se debe a los efectos de la progesterona (y en menor medida los estrógenos) secretados por el cuerpo lúteo, que estimula las glándulas endometriales que secretan un material rico en glucógeno. El endometrio aumenta aún más de grosor debido al crecimiento glandular, al edema del tejido por la vascularización y a que se forman redes venosas cada vez más complejas, lagunas venosas y anastomosis arteriovenosa directas.
  • Fase isquémica: Si no ocurre la fecundación el cuerpo lúteo se degenera y deja de producir las hormonas anteriormente mencionadas. La depleción hormonal ocasiona: vasoconstricción de las arterias espirales con isquemia del tejido endometrial, cese de la secreción glandular y disminución del líquido intersticial. Posteriormente el tejido se necrosa en forma de parches. Se rompen las paredes vasculares y se acumulan bajo la superficie endometrial hasta que finalmente afloran ocasionando una hemorragia en la cavidad uterina que va desprendiendo fragmentos pequeños del endometrio que por último desprenden toda la capa compacta y la mayor parte de la capa esponjosa. Queda parte de esta última y de la capa basal y sobre ellas se regenera el endometrio con el inicio del siguiente ciclo menstrual en la fase proliferativa.


No siempre ocurre el ciclo menstrual como se describe arriba porque no siempre se produce un folículo maduro ni ocurre siempre la ovulación. Estos son los ciclos menstruales anovulatorios. Como no ocurre ovulación, no se forma el cuerpo lúteo y por lo tanto el endometrio solo progresa hasta la fase proliferativa hasta que comienza la menstruación. Pueden deberse a hipofunción ovárica. Estos casos pueden tratarse con la administración de gonadotropinas o de citrato de clomifeno con lo cual se estimula la liberación de gonadotropinas por parte de la hipófisis con la consecuente maduración de varios folículos con ovulaciones múltiples. La incidencia de embarazo múltiple aumenta en 10 veces. En mujeres sanas, la administración de estrógenos, con o sin progesterona (anticonceptivos orales) inhibe la secreción de la hormona liberadora de gonadotropinas por parte del hipotálamo y de las gonadotropinas (FSH y LH) por parte de la hipófisis que son necesarias para que ocurra la ovulación.

Los ovocitos recién expulsados tras la ovulación se desplazan a través de la trompa uterina hasta el útero gracias a los movimientos peristálticos de la trompa uterina y de los cilios presentes en las células mucosas de la misma.  Los espermatozoides se desplazan a través de los órganos reproductores femeninos más que todo gracias a las contracciones de estos órganos. Las prostaglandinas presentes en el semen estimulan estas contracciones. Los espermatozoides posiblemente se desplazan muy rápido hasta donde ocurre la fecundación en la ampolla, algunos tardan unos 5 minutos otros quizás alrededor de 45 minutos. El número de espermatozoides que alcanza la ampolla es de alrededor de 200. Los espermatozoides sobreviven en el tracto reproductor femenino durante aproximadamente 48 horas, luego sufren degeneración y son absorbidos en el tracto reproductor femenino.

Los espermatozoides recién eyaculados no son capaces de fecundar el ovocito, sino que requieren de un proceso de capacitación el cual tarda alrededor de 7 horas y se debe a sustancias secretadas en el tracto genital femenino. Se producen cambios en la membrana del espermatozoide pero no generan cambios morfológicos. Luego de ocurrida la capacitación, cuando los espermatozoides entran en contacto con la corona radiada, puede darse la reacción acrosomal, que es necesaria para que el espermatozoide pueda fusionarse con el ovocito y consiste en la fusión de la membrana plasmática del espermatozoide con la membrana externa del acrosoma en varios puntos, lo cual permite la liberación de las enzimas almacenadas en el acrosoma necesarias para que el espermatozoide atraviese la corona radiada y la zona pelúcida. Está comprobado que en la reacción acrosomal son clave membrana plasmática del espermatozoide, los iones de calcio, las prostaglandinas y la progesterona.

La fecundación es una secuencia compleja de acontecimientos que se inicia con la contacto entre espermatozoide y el ovocito, y finaliza con la fusión de los cromosomas de ambos y la formación del cigoto.  Este proceso tiene lugar habitualmente en la ampolla o en otra parte de la trompa uterina, pero nunca en el útero ya que en este el ovocito experimenta degeneración si no es fecundado. El ovocito y las células foliculares producen señales químicas (factores de atracción) que guían a los espermatozoides capacitados (quimiotaxis de los espermatozoides) hasta ellos.

Los pasos de la fecundación son los siguientes:
  • Paso de un espermatozoide a través de la corona radiada: La dispersión de las células de la corona radiada es debida a la hialuronidasa liberada por el acrosoma, aunque también interviene en ello las enzimas secretadas por la mucosa tubárica y los movimientos de la cola del espermatozoide.
  • Penetración de la zona pelúcida: La proteólisis de la zona pelúcida se debe principalmente a la acrocinasa y en menor medida a la esterasa y neuraminidasa, todas ellas enzimas liberadas por el acrosoma. Al pasar el espermatozoide la zona pelúcida se produce una reacción de zona: cambio en las propiedades de la zona pelúcida que la hacen impermeable al paso de otros espermatozoides. Se debe a la liberación de las enzimas lisosómicas por los gránulos corticales de la proximidad de la membrana plasmática del ovocito, las cuales provocan cambios tanto en la membrana plasmática como en la zona pelúcida que las hacen impermeables al paso de otros espermatozoides.
  • Fusión de las membranas celulares del ovocito y el espermatozoide: Las membranas plasmáticas de ambos gametos se fusionan, y la cabeza y la cola del espermatozoide penetran al citoplasma del ovocito, pero no lo hace la membrana plasmática, ni las mitocondrias.
  • Finalización de la segunda división meiótica del ovocito y formación del pronúcleo femenino: La entrada del espermatozoide activa al ovocito secundario el cual termina la segunda división meiótica con formación del ovocito maduro y el segundo corpúsculo polar que al igual que el primero casi no tiene citoplasma, no es funcional y degenera. Los cromosomas del ovocito se descondensan, y el núcleo se convierte en el pronúcleo femenino.
  • Formación del pronúcleo masculino: El núcleo del espermatozoide se agranda y se convierte en el pronúcleo masculino, la cola, por el contrario, degenera. Los cromosomas de ambos pronúcleos pasan de tener una cromátida a tener dos cromátidas cada uno. El ovocito con dos pronúcleos se llama ovótido.
  • Fusión de los pronúcleos: A medida que los pronúcleos se fusionan dando lugar a una agregación diploide única de cromosomas, el ovótido se convierte en un cigoto.


A pesar de lo dicho existen casos en los cuales más de un espermatozoide fecunda el ovocito, lo cual se conoce como dispermia y que produce como resultado en un cigoto con un conjunto extra de cromosomas: embrión triploide. Esta alteración representa el 20 % de los abortos espontáneos, pueden nacer pero mueren a las pocas horas aunque sean de apariencia normal.

El sexo cromosómico del embrión se determina dependiendo del cromosoma sexual que porta el espermatozoide que participa de la fecundación, el cual puede ser X o Y. Los ovocitos solo portan cromosomas X. Si un espermatozoide con un cromosoma X se une a un ovocito, el resultado será un individuo de sexo femenino: 46, XX. Si el espermatozoide fecundante porta un cromosoma Y, el resultado será un individuo de sexo masculino: 46, XY. Cuando se realiza fecundación in vitro puede seleccionarse el sexo del embrión mediante la diferenciación de los espermatozoides portadores del cromosoma Y de los portadores del cromosoma X, utilizando para ello:
  • Las capacidades distintas de desplazamiento.
  • Las diferentes velocidades de desplazamiento en un campo eléctrico.
  • Las diferencias morfológicas.
  • Las diferencias en el ADN (los espermatozoides X tienen un 2,8 % más de ADN).


El proceso de segmentación consiste en las divisiones mitóticas sucesivas del cigoto, lo que incrementa rápidamente el número de células (blastómeros). La primera división se inicia a las 30 horas. Cuando tiene 9 o más células sufre un fenómeno conocido como compactación, en el cual las células se alinean estrechamente entre sí. Está regulado por glucoproteínas de adhesión de superficie y permite la segregación celular del embrión. Luego de 3 días el embrión ya  tiene entre 12 y 32 células y se denomina mórula y en este momento es cuando ingresa en el útero. Las células internas de la mórula se denominan embrioblasto y las de la parte externa trofoblasto. El primero formará el embrión y el último la placenta.

El factor temprano del embarazo es una proteína inmunosupresora secretada por el trofoblasto, que aparece a las 24 a 48 horas de la fecundación en el suero materno. Se puede detectar en pruebas de laboratorio durante los primeros 10 días del desarrollo y sirve como prueba de embarazo.

Aproximadamente al 4º día se comienza a formar en el interior del embrión un espacio lleno de líquido llamado blastocele que separa el trofoblasto (pared del blastocisto) y el embrioblasto el cual queda pegado a un extremo del primero. Al embrión se le llama entonces blastocisto y flota en las secreciones uterinas de las cuales se nutre. Dos días después de la formación del blastocisto (4 o 5 día después de la fecundación) se desprende gradualmente la zona pelúcida. Entonces el embrión se puede agrandar libremente.

Aproximadamente 6 días después de la fecundación el blastocisto se une al epitelio endometrial mediante la parte del trofloblasto en la que internamente se ubica el embrioblasto (polo embrionario). El trofoblasto prolifera y se divide en dos capas:
  • Citotrofoblasto: capa interna
  • Sincitiotrofoblasto: una masa protoplasmática multinucleada dada por la fusión de varias células. El cual produce proyecciones digitiformes que infiltran el endometrio y enzimas que lo erosionan, permitiendo que el blastocisto se vaya adentrando en el endometrio (en la semana siguiente).


Aproximadamente a los 7 días aparece en la superficie del embrioblasto y enfrentada al blastocele una capa celular denominada hipoblasto (endodermo primario).

Hasta el 45 % de los embarazos termina en aborto espontáneo temprano lo cual se debe en más de la mitad de los casos a alteraciones cromosómicas, otras veces se debe a deficiente producción de progesterona y estrógenos. En estos casos las pacientes suelen manifestar que la menstruación se retraso unos pocos días y vino más abundante de lo habitual. Los abortos tempranos constituyen parte del proceso natural de selección de los embriones, sin el cual la incidencia de niños con malformaciones congénitas sería mucho mayor.

Existen diversas técnicas de reproducción asistida como:
  • Fertilización in vitro (FIV) y transferencia embrionaria: El proceso consiste en la administración de citrato de clomifeno o gonadotropinas con el fin de estimular ovulación múltiple (superovulación). Se toma los óvulos por laparoscopia o vía transvaginal mediante aguja guiada por ecografía. Luego los óvulos son fecundados en laboratorio en cajas de Petri con espermatozoides capacitados. Se cultivan durante 3-5 días. Mediante un catéter se transfieren al útero de 1 a 3 embriones (de 4-8 células o blastocistos tempranos). Cualquier embrión restante se criopreserva para su posterior utilización. La paciente debe permanecer en decúbito supino durante varias horas. Mediante FIV aumenta las probabilidades de embarazo múltiple y también las de aborto espontáneo.
  • Criopreservación de embriones: Los embriones se pueden conservar durante largos períodos de tiempo mediante su congelación en nitrógeno líquido junto con una sustancia crioprotectora como glicerol o dimetil sulfóxido (DMSO). Luego se descongelan para su uso.
  • Inyección intracitoplasmática de espermatozoides: Consiste en inyectar un espermatozoide dentro del citoplasma del ovocito maduro. Se usa en casos de que falle la FIV o hipoespermia.
  • Fecundación in vivo asistida: Consiste en inducir superovulación (como en la FIV). Se recupera los ovocitos y junto con espermatozoides, mediante laparoscopia se colocan en la ampolla de las trompas uterinas.
  • Madres de alquiler: En las madres que producen ovocitos maduros pero no pueden quedar embarazadas (por obstrucción de las vías reproductivas o histerectomía). Se puede realizar FIV y luego se transfiere los embriones al útero de otra mujer para que se desarrollen.
  • Diagnóstico genético preimplantacional: Se puede llevar a cabo a los 3 – 5 días de la FIV y consiste en tomar una o dos blastómeros del embrión antes de su implantación en el útero, para estudiarlos por diversas técnicas. También se puede estudiar los corpúsculos polares en casos de enfermedades en los cuales la madre es portadora.




Referencias

Moore, K. L., Persaud, T. V., & Torchia, M. G. (2011). Chapter 2: First week of human development. The developing human. Clinically oriented embryology, 9 ed. Philadelphia: Saunders.